Claudia Patricia Bolson

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Claudia Patricia nació en Bogotá, Colombia el 9 de Diciembre de 1966, fue la niña consentida de sus tres Hermanos, Carlos Alirio, Gloria Esperanza y Cesar Augusto, así mismo fue la luz de los ojos de sus padres Mariela Eunice (quien se nos fue en el 2018) y Alirio Dominguez. Siendo muy joven vino a los estados unidos como un estudiante de intercambio, Egresada de Georgia Tech en Computer science y continuando su educación en Kennesaw State College. Hizo de Atlanta su nuevo hogar.

De su matrimonio nacieron las dos razones de su vida Jessica Lee y Kaylee Patricia de las cuales fue una madre ejemplar para sus hijas. Siempre compartió tiempo con ellas, como las tradicionales citas al salón salón de belleza, casas embrujadas y algunas veces a conciertos, esto por nombrar algunas de las actividades de las que disfrutaban juntas. Patty, como todos la llamamos en su circulo familiar y social era la alegría y la luz, cuando llegaba a cualquier lugar, pues la energía y calidez que ella irradiaba era única, todos sabíamos cuando entraba pues su saludo coloquial era “Hola People, ya llegué”.

Su orgullo era ser profesora, (como lo fue su madre) pues sabía que gracias a esto estaba educando y contribuyendo a construir un mundo mejor en donde sus hijas vivirían en un futuro. Ella era una segunda madre para sus alumnos de sexto grado y un mentor y guía para sus alumnos de Séptimo y Octavo grado. Su generosidad se reflejaba cada día en sus acciones, tanto así, que su ultimo deseo fue ser donador de órganos para darles esperanza y felicidad a muchas familias.

Su mayor pasión era la lectura, podía pasar horas dentro de un libro y olvidarse de todo lo que la rodeaba (excepto sus hijas), pues tenia lugares designados para esta actividad en varias partes de su hogar. Incluyendo una hamaca en el patio de su casa.

Le gustaban las manualidades, coser, pintar, tejer entre otras, su Hogar estaba siempre impecable y organizado se podía percibir solo amor y tranquilidad que era el mundo en que ella quería que sus hijas vivieran, también Le gustaba viajar y una de sus metas era conocer el mundo,

Gracias a Dios pudo cumplir parte de sus sueños, por su puesto acompaña de sus dos hijas y visito un pedacito de Europa, Asia y Japón. Tenia un viaje planeado con sus alumnos a Japón y lo esperaba con ansiedad, infortunadamente la Vida tendría otros planes.

Hoy no podemos disfrutar de su compañía, pero sabemos que está compartiendo con todos nuestros seres queridos que partieron antes que ella; desde hoy contamos con un nuevo Ángel que nos acompañara desde el cielo.

Patty, te extrañaremos hoy y siempre, reviviendo todas aquellas hermosas memorias que nos dejaste.

Claudia Patricia was born in Bogotá, Colombia on December 9, 1966.   She was the pampered sister of her three siblings, Carlos Alirio, Gloria Esperanza and Cesar Augusto, as well as the sparkle in the eyes of her parents Mariela Eunice (who passed away in 2018) and Alirio Dominguez.  At a young age, she came to the United States as an exchange student, graduating from Georgia Tech with a computer science degree, continuing her education at Kennesaw State University, and made Atlanta, Georgia her new home.

She was a devoted mother and her beloved daughters, Jessica Lee and Kaylee Patricia, were her greatest happiness in life. She cherished her quality time with her daughters and never let go of the traditions of hair and nail salon dates, concerts, haunted house tours among many others.  Patty, as she was known by her family and many friends, was the joy and light everywhere she went due the unique energy and warmth that she radiated.  We always knew when she arrived, as she always entered with the special phrase, "Hello people, I’m here now".

Patty was incredibly proud of being a teacher (as was her mother) because she knew that through education, she was helping create a better world for all, including her precious daughters.  She was a second mother to her sixth graders and a mentor and guide to her seventh and eighth graders.  Her care for others also extended to being an organ donor, and we pray that her gifts will bless other families.

Her favorite hobby was reading. Patty could spend hours inside a book and forget everything that surrounded her (except her daughters).   She had special places throughout her home set aside for reading, including a hammock in the backyard.

Her other interests included crafts, sewing, painting, and weaving, just to name a few.  She created a beautiful home full of love and tranquility for her daughters and family to enjoy. 

She also loved to travel and explore the world.  She was blessed to have traveled to Asia, Europe, and Japan with her daughters.  Patty was also looking forward to an upcoming trip to Japan with her students; unfortunately, life had different plans.

Although Patty is no longer with us, we find comfort in knowing that she is in Heaven with our Lord and Savior and has been reunited with our love ones that departed before her. We know they will remain in our hearts and will guide us as we move forward.

Patty, we miss you and will always treasure the beautiful memories that remain.